Chilam
Balam: significa el que es boca, el que profetiza y Balam Jaguar o brujo y
también el nombre de una familia.
Los
chilames eran conocidos como los sacerdotes que interpretaban libros antiguos
para poder adivinar profecías y hechos futuros.
Esto
era posible para ellos pues tenían la creencia de que el tiempo estaba
conformado por sucesiones de ciclos cósmicos, y que los momentos iban y venían.
Son
escrituras que datan de los siglos XVII y XVIII , que presumían guardar los
secretos de la civilización maya y que hoy son considerados fuentes de
conocimiento y estudio en cuestiones religiosas , de historia, folclore,
medicina y astronomía.
El
libro relata la ubicación en espacio y tiempo de la cultura maya (Guatemala y
Honduras) entre s. II y XV.
Estas
civilizaciones tenían una organización premeditada donde las ciudades eran
independientes entre sí.
También
es importante recalcar que tenían más de una lengua.
Contiene
varios códices, entre ellos
Códice
Dresde_ (S. XIII) que habla sobre la adivinación y astronomía.
Códice
París: (S. XII posiblemente) Profecías y adivinaciones
“Desde el siglo XVI, indígenas evangelizados
recopilaron, en el alfabeto latino, viejas memorias orales vertidas en códices
o dibujos. Así se fueron reuniendo textos de diversa naturaleza: cosmogonías,
calendarios, astronomía, rituales, crónicas y profecías; todos sin estructura
unitaria. Entre esas memorias están los libros del profeta Chilam Balam de la
región de Chumayel en Yucatán. En el texto se dice, es la “Profecía de Chilam
Balam, que era cantor, en la antigua Maní”, quien preparaba a los mayas sobre
la llegada de un “Padre, señor del cielo y de la tierra”.
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